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Extracto de "Calles" de Daniel Manriquez.

jueves, 2 de agosto de 2012

Lugar hogar

Lugar hogar.
Uno es un caso. 
Dos, coincidencia.
Tres, ciencia.

"Sentirse como en casa", cómo si fuera, aunque un poco, na' más tantito,  en el propio lugar.

Esta experiencia, se nos vuelve nítida en la experiencia de tres lugares diferentes. El primero, el que supuesto, el transparente que de tan evidente se nos oculta a la mirada; el lugar propio. Con el salto fuera del propio lugar que le supone al exiliado su exilio, pero sobre todo con la imposibilidad de la vuelta, el lugar se le transforma en tema constante, nítido, para el exiliado. (Carrasco, E.; Exilio y universalidad, París, 1988) De esta forma, un primer modo de ser del exiliado parece ser el de 'pioneta', estibador y transporte de su propio "equipaje del destierro". De esta experiencia, que puede llegar a un "sentirse como en casa" en lugar ajeno, forma de estar en un lugar, supone la imposibilidad, para Carrasco, de "dejar de ser de un lugar":

 El viaje se revela así –dice Carrasco– como un andar con el país a cuestas por el “dónde” de otros, es decir, en el país de otros. (…) se sale sin salir, se viaja sin viajar, o, para expresarlo más correctamente, se viaja como el caracol, con la valva a cuestas. Por consiguiente, en este sentido por lo menos, el viaje es imposible, una empresa que conlleva una profunda ambigüedad, un proyecto cuya realización ideal es tan imposible como intentar abandonar el ser que somos. (Carrasco, 1988, pp. 214-215) 


 La sola experiencia del lugar propio y el lugar del otro, sin embargo,  puede absolutizar en cierta manera la relación, hacerla dialéctica. El problema se vuelve, en el fondo, el punto de contacto, la relación entre 'la forma de ser del propio lugar',  y 'la forma de ser del lugar de otro', resolviéndose en el mejor de los casos en la forma de un "lugar de adopción". (Carrasco, 1988) De esta forma, puede pensarse la relación del individuo con lo Otro, con lo 'absolutamente otro' en la forma del exilio del alma, de la caída, de la pérdida.  

Experiencia similar la del que, en algún modo, hace del viaje "la actividad principal de su vida". Aquí, empero, esclarece la relación la experiencia de un tercer lugar. Experiencia del que, por ejemplo, siendo italiano, ha vivido en Alemania y al trasladarse a España, se siente 'como en casa'. O del chileno, que viviendo en España, en cualquier lugar de Latinoamérica, se siente 'como en casa', sin tener que llegar a ser lugar de adopción, porque simplemente, aunque de alguna manera distinta a la del 'más' propio lugar, también es su lugar. 

Pese a esta diferencia, que debe ser abordada, las dos experiencia nos muestran una forma de 'ser de un lugar', forma que Giannini llamaría "alma domiciliada". Lugar hogar.


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