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Extracto de "Calles" de Daniel Manriquez.

viernes, 17 de agosto de 2012

Planning

El punto central al que llega la investigación, en la experiencia del exilio, es la "relación de ser" que tiene un individuo con un lugar. Este "ser de un lugar" implica que ese lugar es habitado por una comunidad, por lo que tiene que ser inexorablemente un ser compartido, un "co-ser", junto con los que comparten la pertenencia a ese lugar. La vivencia del exiliado es el desarraigo que opera cuando la vuelta a ese lugar, a su "dónde originario", es imposible.

Entonces, lo importante es ese "ser de un lugar" que se ve suspendido, desgarrado o modificado. 
¿Que quiere decir "ser de un lugar"?   
Las palabras pertenencia y arraigo, apuntan a esta relación de "ser" que un individuo tiene con un lugar y sus habitantes. En este sentido, ¿Qué quieren decir  "pertenencia" y "arraigo"? ¿Qué sentido tiene esa relación de pertenencia o arraigo?

Sin embargo, la indagación sobre esta relación no necesita ser sanjada, ya que nuestra búsqueda es metodológica, no intenta aprehender "lo que es" para construir una teoría sobre ese análisis. Metodológicamente, esta relación se vuelve crucial ya que la experiencia del exilio muestra que es una experiencia de todos los paisanos, y por ende es un problema propio, para mí como investigador.  

lunes, 6 de agosto de 2012


"Mañalich dice que parece una "mexicanización" la quema de una mujer en San Bernardo

Melissa Romo fue quemada por un grupo de desconocidos y se encuentra grave internada en la Posta Central."


El amarillismo, en política y periodismo, tiene un antecedente del cual extrae su capacidad, su poder de engarce con la realidad. La auto-crítica a la razón moderna occidental, sobre todo después de la segunda guerra, sometió a juicio a la razón acercándose a las experiencias límites del horror y la posibilidad cierta de deshumanización. Sin embargo, la sensación de escepticismo e impotencia que actualmente está instalada frente a toda empresa humana; que frente a todo discurso que intente incidir en el mundo le asalte la acusación de voluntad de dominio o ideologización, muestra que, al parecer, la razón ha quedado inhabilitada para ponderar aquellas experiencias que otrora no supo asimilar. Esta relativa distancia ha tenido como consecuencia el alejamiento de la razón en el ámbito de la política, y de ahí a la acción. Si en el caso de los carceleros o los funcionarios de campos de concentración, la relación entre la razón (un tipo específico de racionalidad) y la acción era directa, sin dejar espacio a consideraciones ni emociones, en el amarillismo sucede la situación opuesta: la emoción, el horror, tiene relación directa con la acción, cuando la razón se encuentra inhabilitada. De esta forma, la política se transforma en la sola administración del poder de mover emociones (el voto como un acto emotivo) dejando de lado aquel lugar que desde hace mucho ha sido signado como el espacio de la libertad netamente humana: su razón.      

viernes, 3 de agosto de 2012

Lugar hogar II: hospitalidad.

La cualidad de sentirse 'como en casa' en lugar ajeno necesita o supone el lugar como domicilio en la medida en que dicho lugar debe ser o estar habitado, ser habitación de alguien. Así, nos sentimos como en casa por la 'hospitalidad' con la que nos tratan. El 'paisaje vital' del que habla Carrasco es principalmente 'paisanaje', el paisaje común, habitado, de los paisanos. Así, la relación con la 'tierra', el arraigo, la pertenencia, se juega en la relación con esa unidad entre paisaje y paisanaje que representa el 'pago', el país. 
La relación irrenunciable que significa 'ser de un lugar' implica la co-pertenencia a un mismo lugar, co-pertenencia que, en palabras de Carrasco, nos hace 'ser lo mismo' con los que compartimos la pertenencia a un mismo lugar. 

¿Cómo puede entenderse esa pertenencia. De qué forma 'somos lo mismo' sin dejar de ser 'uno mismo'? 

jueves, 2 de agosto de 2012

Lugar hogar

Lugar hogar.
Uno es un caso. 
Dos, coincidencia.
Tres, ciencia.

"Sentirse como en casa", cómo si fuera, aunque un poco, na' más tantito,  en el propio lugar.

Esta experiencia, se nos vuelve nítida en la experiencia de tres lugares diferentes. El primero, el que supuesto, el transparente que de tan evidente se nos oculta a la mirada; el lugar propio. Con el salto fuera del propio lugar que le supone al exiliado su exilio, pero sobre todo con la imposibilidad de la vuelta, el lugar se le transforma en tema constante, nítido, para el exiliado. (Carrasco, E.; Exilio y universalidad, París, 1988) De esta forma, un primer modo de ser del exiliado parece ser el de 'pioneta', estibador y transporte de su propio "equipaje del destierro". De esta experiencia, que puede llegar a un "sentirse como en casa" en lugar ajeno, forma de estar en un lugar, supone la imposibilidad, para Carrasco, de "dejar de ser de un lugar":

 El viaje se revela así –dice Carrasco– como un andar con el país a cuestas por el “dónde” de otros, es decir, en el país de otros. (…) se sale sin salir, se viaja sin viajar, o, para expresarlo más correctamente, se viaja como el caracol, con la valva a cuestas. Por consiguiente, en este sentido por lo menos, el viaje es imposible, una empresa que conlleva una profunda ambigüedad, un proyecto cuya realización ideal es tan imposible como intentar abandonar el ser que somos. (Carrasco, 1988, pp. 214-215) 


 La sola experiencia del lugar propio y el lugar del otro, sin embargo,  puede absolutizar en cierta manera la relación, hacerla dialéctica. El problema se vuelve, en el fondo, el punto de contacto, la relación entre 'la forma de ser del propio lugar',  y 'la forma de ser del lugar de otro', resolviéndose en el mejor de los casos en la forma de un "lugar de adopción". (Carrasco, 1988) De esta forma, puede pensarse la relación del individuo con lo Otro, con lo 'absolutamente otro' en la forma del exilio del alma, de la caída, de la pérdida.  

Experiencia similar la del que, en algún modo, hace del viaje "la actividad principal de su vida". Aquí, empero, esclarece la relación la experiencia de un tercer lugar. Experiencia del que, por ejemplo, siendo italiano, ha vivido en Alemania y al trasladarse a España, se siente 'como en casa'. O del chileno, que viviendo en España, en cualquier lugar de Latinoamérica, se siente 'como en casa', sin tener que llegar a ser lugar de adopción, porque simplemente, aunque de alguna manera distinta a la del 'más' propio lugar, también es su lugar. 

Pese a esta diferencia, que debe ser abordada, las dos experiencia nos muestran una forma de 'ser de un lugar', forma que Giannini llamaría "alma domiciliada". Lugar hogar.


¿Ser de un lugar?

¿Que significa "Ser de un lugar"? ¿En qué momento se empieza a ser de un lugar? o, si es posible, ¿cómo se puede dejar de ser de un lugar? ¿Cuál es la importancia de ser de un lugar? ¿Nos determina? ¿Nos condiciona? ¿Se puede ser de ningún lugar? ¿Se puede ser de un lugar "en soledad"?

miércoles, 4 de abril de 2012

apunte

Vivencia, sentidos, tiempo y memoria.

Ayer, dos personas reparamos, en momentos distintos, en lo mismo: un olor. Nos trajo a la memoria el recuerdo de un mismo lugar, de una misma situación... de una misma época.